El COVID trae de regreso a las parteras en Latinoamérica
Por muchos años las mujeres fueron curanderas, ellas eran los médicos de la historia, con hierbas medicinales que cultivaban, salvaban de abortos y traían vida a este mundo, sus secretos eran heredados de generaciones en generaciones, transmitidos de una a otra, de madre a hija, muchos las consideraban brujas o charlatanas, pero la verdad es que sólo fueron mujeres sabias, mujeres parteras.
El papel que jugaban estas mujeres fue cambiando año con año y aunque sigue siendo relevante para la historia, la verdad es que este oficio fue disminuyendo al parecer por el miedo que enfrentaban por saber que si un bebé o la madre morían irían a la cárcel.
Pero la pandemia llegó y con ella un cambio de sentido para las pocas mujeres que se encargan de este oficio, pues las embarazadas prefirieron aliviarse con parteras profesionales y desde la comodidad de su casa, a ir a un hospital donde pudieran contagiarse de COVID.
Basados en los datos que nos da el Fondo de Población de las Naciones Unidas, el trabajo de estas mujeres podría disminuir las cesáreas innecesarias, el uso de anestesia y dar una mejor atención a las mujeres embarazadas.
Lo que nos deja una clara situación, esta profesión en la actualidad ayudará a proteger la vida de madres e hijos y es una llamada de atención para los sistemas de salud a que inviertan en la certificación de estas mujeres que de acuerdo con un artículo de Lancet Global Health, indicó que, de ampliarse, en un 25 %, las intervenciones realizadas por parteras, evitarían un 41 % de muertes maternas y un 26 % de muertes neonatales en el año 2035.