Invade el sargazo a la Rivera Maya

 Invade el sargazo a la Rivera Maya

En Playa del Carmen, una de las ciudades más hermosas del mundo, sus habitantes y quienes la visitan chocan con una imagen que desconfigura esa belleza: el sargazo que invade a las playas, cargado de olores repulsivos, aunque se le enfrente con cierta energía.

Sí tan sólo pudiéramos entender que este hallazgo representa la posibilidad de encaminar el malestar a un turismo más sustentable, podríamos prever acciones para atender escenarios que amenazan a los estados del Caribe y su imagen de ensueño.

El negar los cambios que tiene nuestro planeta de manera natural y revisar la voluntad o en su defecto el voluntarismo que tenemos es una tarea indispensable, tal como lo detalla el investigador Alfonso Aguirre Muñóz. 

Las playas de la Riviera Maya van perdiendo su atractivo y ha sido un reto para la Secretaría de Marina y otros involucrados darle guerra al sargazo, que viene desde lugares tan remotos del sur como África y Sudamérica, y cada año deteriora al paisaje.

Las autoridades reconocen con pesar que, a causa del sargazo, restaurantes y hoteles han tenido pérdidas económicas y se espera que la avalancha sea superior en los meses que vendrán, manchando con sus colores pardo y verde oscuro la costa y la vida cotidiana.

A mediados de abril, flotaron en el mar, como montañas viajeras, cerca de mil 500 toneladas de sargazo: una visión desoladora tanto para los pescadores como para toda esa humanidad que vive del turismo y debe combatir a este invasor hasta extinguirlo, y encontrar.

Las familias que acudieron este fin de semana a Mahahual encontraron las playas limpias y convivieron en alegría, pues las lluvias despejaron la orilla, pero en Tulum la llegada masiva del sargazo, a causa de los fuertes vientos del sureste, causó daño.

Justo en Tulum, que en 1518 fue descrita por el capellán español Juan Díaz como “tan grande como Sevilla”, se adensa la macroalga, que ha espantado a los turistas de la playa de Santa Fe, aunque a algunos niños no les importe y suelan correr alegres sobre esos yerbajos.

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