Cuba inmuniza a su pueblo con sus propias vacunas

 Cuba inmuniza a su pueblo con sus propias vacunas

“Al fin podré ver a mis nietas”, fue lo primero que exclamó Mabel Aguilera, una cubana de 75 años de edad, tras recibir la vacuna Abdala contra el coronavirus en un consultorio de la Habana del Este y luego de haber vivido meses de confinamiento.

Mabel es una de las tantas personas adultas que han sido inyectadas contra la pandemia con esta vacuna producida en la propia Cuba y ahora se prepara para viajar a la oriental provincia de Granma, donde viven dos de sus nietas. Una de ellas cumplirá quince años.

Dice sentirse emocionada, al salir de un consultorio en el que inyectan a ochenta personas cada día y donde figuran murales poblados de propaganda sobre la prevención y la aplicación de los hábitos: uso de cubrebocas, lavarse las manos, sana distancia…

Abdala, que alude al título de una obra de teatro escrita por el héroe nacional de Cuba José Martí, y Soberana son las dos únicas vacunas anti-covid desarrolladas en América Latina, suceso que pone a la isla antillana en la mirada curiosa del mundo.

Autoridades médicas internacionales esperan con ansiedad los resultados de estos dos antígenos creados en un país tercermundista, que vive en una crisis alimentaria lacerante, en medio de represiones policiacas, y cuya tecnología no es precisamente la mejor.

La doctora Naicy Guzmán, directora del policlínico que supervisa el consultorio donde se inmunizó a Aguilera, ha comentado que a partir de este sábado comenzarán a vacunar a ciudadanos menores de sesenta años de edad, como un proyecto sanitario preventivo.

Lamentablemente, debido a las largas y densas filas que tienen que hacer millones de cubanos para adquirir los pocos alimentos que se ofertan, la curva de contagios de la covid-19 ha ascendido y se requiere detener su avance con Abdala y Soberana.

Se ha informado en los medios de comunicación que se aplicarán tres dosis cada 14 días a cada persona, pero que quedarán excluidos los menores de 18 años de edad y quienes tengan la covid-19, quienes reciben tratamientos de otra índole en todo el país.

De junio a agosto, se completará la aplicación a los habitantes de La Habana y se comenzó a vacunar ya en las provincias, con la esperanza de que disminuya la cifra de enfermos y fallecidos, según asegura el ministro de Salud José Ángel Portal Miranda.

De manera pública, países como México, Irán y Argentina han declarado que están dispuestos a comprar las vacunas cubanas. Mientras tanto, Mabel se prepara para su viaje. “No es lo mismo ver a mis nietas en fotos, que tocarlas y hablarles”, confesó.

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