Cuatro billones de pesos no frenan la inseguridad

 Cuatro billones de pesos no frenan la inseguridad

El costo de la seguridad en México ascendió ya a más de cuatro billones de pesos, y es que los registros dicen que estos dos últimos años son los más violentos de su historia (34 mil 681 víctimas de asesinato en 2019 y 34 mil 554 en 2020), con gran impacto en la ambigua economía nacional.

Según el Instituto para la Economía y la Paz, este costo equivale a 36 mil 893 pesos por persona, más del triple del salario promedio mensual, y una cifra seis veces superior a la invertida en educación y siete veces mayor que el gasto público destinado a la salud.

Mucha gente teme salir de noche, subirse a un taxi, abrirle la puerta a un extraño…, y no confía en las fuerzas policiales, que muchas veces son cómplices de los delincuentes comunes y del crimen organizado, de modo que generan más miedo que seguridad.

Un 47.4 por ciento del impacto económico corresponde a homicidios, que es ocho veces mayor que el promedio mundial. El resto se fragmenta en inversiones gubernamentales de poco éxito, delitos con violencia, gastos de protección privada y disímiles rubros.

Aunque las autoridades cacarean con números que, tras la expansión brutal de la pandemia de la covid-19, se redujeron los crímenes violentos en la calle, no pueden negar que creció la violencia intradoméstica, que incluye acosos y violaciones sexuales.

Hombres y mujeres se interrogan por qué, si se gasta tanto en las campañas electorales y en la seguridad pública, son tan cotidianos los secuestros y las balaceras, el desempleo y la desesperanza, los robos, la desigualdad, la denigración humana, la incertidumbre…

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