Pemex compra refinería en Houston
Aunque no signifique bajas en el costo de la gasolina y otros combustibles, ni algún tipo de mejoría inmediata, el gobierno de México anuncia con estruendoso júbilo que acaba de comprar la refinería de petróleo Deer Park, en Houston (Texas), por 600 millones de dólares.
“Vamos a dejar de comprar los combustibles y las gasolinas en el extranjero. Pemex va a procesar todo el petróleo crudo y lo va a convertir en diésel y gasolina. Vamos a ser autosuficientes”, ha dicho con su habitual optimismo el presidente Manuel López Obrador.
Desde su oficina en Palacio Nacional, el presidente también comentó que al final de su sexenio se entregarán al país las seis refinerías en mal estado que recibió, más la de Dos Bocas y la de Deer Park, que tiene capacidad para producir 340 mil barriles diarios, que se dividen en gasolina, diésel y turbosina.
A pesar de este entusiasmo, Petróleos Mexicanos tiene una deuda que rebasa los 110 mil millones de dólares, la cual asumirá el gobierno federal, y el año pasado registró la peor crisis de su historia, aunque se la achacó a la pandemia, donde perdió 480 millones 966 mil pesos.
Para que estas inversiones rindan fruto a largo plazo, depende de muchas circunstancias, entre otras que todas las refinerías de Pemex lleguen a una utilización mayor del 80 por ciento y que el acuerdo con Shell permita mandar a México todo que se produzca en Deer Park.
Mientras tanto, sin la aprobación de la reforma a la Ley de Hidrocarburos, actualmente suspendida, los mexicanos seguirán pagando a alto precio el combustible, en uno de los países con mayor reserva petrolera en el mundo, donde su gente pone su fe en las promesas.