Plástico… ¡ahora hasta en las abejas!
Partículas de microplásticos han sido descubiertas en cuerpos de abejas obreras, que las han absorbido de las flores, llevadas a los panales e infiltradas en la miel que contamina al propio ser humano, señaló, tras un profundo estudio, un equipo de investigación de la Universidad de Almería.
En un radio de ocho kilómetros de sus colmenas actúan las abejas y en sus tórax, abdómenes, alas y patas se adhieren 13 tipos de polímeros como polietileno, que contienen utensilios como botellas y cables; resina epoxi, utilizada como recubrimiento de sistemas eléctricos y acetato de polivinilo.
La mayoría de los residuos que se pegan a las abejas son fragmentos y fibras, lo cual supone una gravedad para el medio ambiente, ya que tienen un origen industrial y son muy contaminantes, se demostró en una investigación realizada en 19 colmenas cercanas a la capital de Dinamarca.
Son tan pequeñas estas partículas que pasan inadvertidas dentro de la miel que consumen muchas personas, llenando a sus respectivos organismos de plástico, cuya invasión es tan letal que ha logrado crear islas flotantes en los océanos y poner en relieve la irresponsabilidad de los gobiernos.